Andrés se había esforzado muchísimo para quedarse con la mansión de los Sánchez, sin embargo, ahora podía cederla de manera voluntaria a otros. En realidad, eso no le importaba en lo absoluto, pues había conseguido todo lo que quería en el pasado: dinero y estatus social. Pero eso no le había traído tanta satisfacción como lo esperaba. Ahora entendía lo que realmente quería…
La mansión de los Sánchez ya no le importaba, incluso podía darle a Luna un lugar mejor para vivir. Donde estuviera ella, este sería su hogar. Esa sensación de seguridad llenó el gran vacío que albergaba en su corazón.
En el invernadero, el fotógrafo estaba tomando las fotos para el primer cumpleaños de Asterio. Originalmente se iban a tomar desde hace un tiempo, pero se había ido posponiendo hasta el día de hoy.
El pequeño, vestido con un lindo traje de ángel, con sus hermosas alas y sosteniendo una varita, sonreía radiante mirando a Luna, detrás del fotógrafo. Luna también lo entretenía con un lindo patito amaril