Capítulo 802
—Gracias —dijo una vez más.

Luna caminó hacia ella. El guardaespaldas bajó el brazo con el que le cortaba el paso y, en cuanto Nadia se acercó corriendo, le dio a Luna un abrazo tan fuerte que retrocedió un par de pasos para evitar caerse al suelo.

Nadia se acurrucó en su hombro y lloró a voz en grito:

—¡Han pasado muchísimos años, desapareciste sin dejar rastro! Ni siquiera me llamaste, ¿sabes... que estuve a punto de morir?

Esa frase no fue una broma de Nadia. Luna se dio cuenta de que en su cuello y en su espalda había un montón de moratones y cicatrices...

—Shirley me contó todo lo que te pasó, Nadia... lo siento... volví demasiado tarde.

Nadia negó con la cabeza entre lágrimas y dijo:

—No llegaste tarde en absoluto. Estoy muy feliz solo con haber podido verte. Además, me has traído un montón de regalos... ya te he perdonado.

—Ten los ojos bien abiertos a partir de ahora, no dejes que nadie te engañe.

—¡No pasará! A partir de ahora... mientras estés aquí, nadie se meterá conmigo.

A
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