—Miré los requisitos del año pasado y estoy segura —dijo Luna.
En ese momento, Miguel habló con voz fría:
—O te quedas en Astraluna o no vayas a la universidad. ¿Para qué sirve entrar en la universidad? Tarde o temprano te casarás. En unos días hay una fiesta, ven con nosotros. Algunos tíos quieren conocerte.
Luna ya sabía que diría eso. Miguel siempre menospreciaba a las mujeres, ya que a sus ojos solo eran herramientas para procrear y, después del matrimonio, solo aptas para quedarse en casa y criar a los hijos.
—Papá, las cosas han cambiado ahora. Tengo algunos amigos que ya están estudiando en el extranjero. Además, ¿conoces a Ana?
Miguel levantó la mirada.
—¿La hija de Diego?
—Sí, Ana dijo que está preparándose para el examen IELTS y planea establecerse en el extranjero después de estudiar en el extranjero. También quiere cambiar de nacionalidad. Papá... ir a Boscosa es una buena opción. Al menos, en las vacaciones podré volver. Si alguien pregunta por mi educación en el futuro y