Luna sacudió la cabeza en silencio.
Noah fue el primero en hablar:
—Faltan diez minutos para la hora de comer. Puedo invitarte a almorzar, señorita García.
Luna no había comido nada desde que salió de casa, y ya tenía bastante hambre cuando llegó.
—No tengo mucha hambre. —dijo Luna, pero justo cuando terminó de hablar, su estómago gruñó.
Luna se sonrojó.
Noah sonrió y dijo:
—Vamos, pequeña, hoy hay nuevos postres, creo que te gustarán.
El caddie de golf ya había recogido los palos de golf.
—Entonces vamos. Muchas gracias. —dijo Luna mientras seguía a Noah.
El Campo de Golf Excelencia Líder, además del golf, ofrecía instalaciones de entretenimiento que incluían restaurante y alojamiento en un solo lugar.
Si tenías dinero, casi cualquier tipo de servicio se encontraba disponible aquí.
—¿Te gustaría comida local o comida extranjera?
—Comida local. —respondió Luna, ya que nunca había comido aquí antes.
—Muy bien. —Noah sacó una tarjeta y reservó una mesa en el restaurante del segundo piso.