CAPÍTULO 21: DESAFÍO
La risa relajada de Emanuele tiene una cualidad afilada que hace que Katherine sienta un escalofrío recorrerle la espalda.
—Yo que tú, no haría eso, cacciatore —advierte, con un destello burlón en los ojos.
Anthony mantiene el arma firmemente en su mano y una mirada dura como el acero.
—Repite lo que dijiste, si te atreves, y voy a olvidarme de quién eres nieto.
Emanuele suelta una carcajada arrogante, inclinándose ligeramente hacia él.
—¿Estás seguro de que quieres arriesgar el favor del Nonno solo por ella? Yo que tú, lo pensaría dos veces.
Las palabras de Emanuele son como un golpe. Katherine siente que el aire en la sala se espesa, su corazón late desbocado, y una parte de ella —la que odia admitir— desea con fuerza que Anthony ignore la advertencia y actúe en su defensa. Pero lo que ocurre no es lo que esperaba.
Anthony relaja la mano, guarda el arma en su cinturón y retrocede un paso con sus ojos clavados en los de Emanuele.
—Lo que dije no fue gratuito —aña