Había pasado una semana y para nuestra tranquilidad los doctores nos habían dado la noticia que todo se encontraba estable con nuestro bebé.
Si algo era cierto es que aún sentida miedo, pero sobre todo felicidad día tras día. Saber que una pequeña vida se estaba formando dentro de mí hacía que me llenara de ilusión y Dimitri estaba igual o más que yo.
Había convencido a Dimitri de regresar a la oficina , pero no sin antes que contraatacara diciéndome que aceptaba si lo dejara contratar a una chica para el servicio y me tocó aceptar.
Para mi sorpresa había contratado a dos damas. Una para la limpieza y cocina y otra para encargarse de Azad y sus deberes escolares.
Ya estaba aburrida de estar en cama, así que había decidido salir al jardín a tomar algo de aire fresco ya que me sentía completamente aburrida.
Azad se encontraba en el colegio, Aurora trabajando y el aburrimiento me estaba comiendo viva.
—¿Se le ofrece algo señora?
—No, Badu. Muchas gracias.
—Iré por el joven Azad a