—¿Así que estás jugando al desdén conmigo? —Marisol lo miró como si lo hubiera descifrado hace tiempo—. Está bien, si crees que una cena no es suficiente, acepto salir contigo otra vez, e incluso puedo permitirte tomarme de la mano. ¿Ahora estás satisfecho?
En su opinión, ya había hecho un sacrificio lo suficientemente grande.
Hay que tener en cuenta que, normalmente, esos pretendientes ni siquiera tienen la oportunidad de acercársele.
—Hablando en serio, estoy realmente curioso, ¿de dónde sacas tanta confianza? —Pedro estaba algo sin palabras.
Él ya había rechazado de manera muy clara, pero esta mujer frente a él, toda llena de presunciones y auto-compasión.
Siempre pensando que es el centro de atención, que todos los hombres deben someterse a sus pies.
—¿De dónde? —Marisol lanzó su cabello con arrogancia—. Por mi belleza natural, hermosura deslumbrante, figura perfecta, estatus noble, ¡sobresaliente en todos los aspectos!
—¡Impresionante! —Pedro levantó el pulgar—. Ya que eres sobres