—Prima, ¿realmente vamos a dejar esto atrás?
Paula miraba con cierta nostalgia la espaciosa y lujosa oficina.
En el último tiempo, como secretaria del presidente, había disfrutado de un sinfín de atenciones.
A dondequiera que iba, era objeto de admiración.
Incluso había tenido aventuras con algunos jóvenes atractivos.
Pero ahora, con Leticia despedida por la familia García, su papel de secretaria había llegado a su fin.
—No hay opción, antes de que el líder del clan despierte, debemos seguir las instrucciones —Leticia, al terminar de arreglar la oficina, suspiró ligeramente.
Había luchado tanto para llegar a esa posición y no quería renunciar.
Pero con Fabiola controlando todo, no tenía poder para oponerse.
—¡Todo es culpa tuya! Si no hubieras enfurecido a la matriarca de la familia García, no habrían despedido a mi prima.
Paula cambió su mirada hacia Pedro, que disfrutaba de un café.
"Ya nos están echando de la empresa y aún así aprovechas para comer y beber. ¡Qué desconsiderado!"
—¿P