Capítulo 646
Aquí estamos en el piso treinta, saltar significaría pulverizarse, ella solo quería hacer que Pedro se diera por vencido y se fuera pronto.

—De acuerdo, ¡saltaré!

Pedro asintió sin la menor vacilación, dio media vuelta y con un impulso, rompió el ventanal y saltó desde el trigésimo piso.

Leticia quedó petrificada, parada en su sitio, tardando en reaccionar.

Ella solo había dicho eso en un arranque de ira, jamás imaginó que él realmente se atrevería a saltar.

—¡Pedro! —recuperando la compostura, Leticia exclamó y corrió hacia la ventana rota, asomándose hacia abajo.

Fuera de la ventana, la figura de Pedro ya no estaba.

Saltar desde una altura de cien metros, cualquier persona seguramente moriría, sin dejar rastro.

Leticia cayó de rodillas, colapsando y rompiendo en llanto.

—¿Cómo pudo pasar esto? ¿Cómo? Pedro, ¿por qué fuiste tan tonto, por qué saltaste? Si tú mueres, ¿qué haré yo? ¿Qué haré?

Leticia lloraba a mares, las lágrimas fluían como lluvia.

Se arrepentía, lamentaba haber dicho
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