Punto de vista de Bill
Apreté a Colín contra mí, mirando a Elena sin poder creer ni una palabra de lo que acababa de decir. Me observaba con los ojos húmedos, suplicantes, pero no podía confiar en ella.
—¿Cáncer en etapa cuatro? —repetí, la voz cargada de escepticismo—. ¿Y ahora que estás muriendo se supone que... qué? ¿Que te perdone? ¿Que te deje ir? —Negué con la cabeza, la rabia creciendo en mi pecho—. Me mentiste una vez, me robaste a mi hijo, y ¿ahora debo creer que de repente eres una mujer enferma y arrepentida?
Sus hombros se encorvaron, bajó la mirada, el rostro demacrado como si cada palabra mía la cortara más hondo.
—Es la verdad, Bill —susurró, su voz apenas un hilo de aire—. No pido perdón. Solo... quiero verlo una vez más. Por favor.
Apreté los dientes, conteniendo las palabras que quería gritarle, las acusaciones que hervían en mi garganta. Pero una pequeña parte molesta de mí se preguntaba si decía la verdad. Estaba pálida, frágil, su rostro marchito y su piel casi tr