Punto de vista de Serena
Estaba tendida sobre la colchoneta, mirando al techo. Por un momento, no podía recuperar el aliento. Mi pulso seguía acelerado y cada nervio de mi cuerpo parecía haber sido reiniciado. Apenas sentía el frío de la colchoneta bajo mí.
Bill yacía a mi lado. Ninguno decía nada y yo sentía el calor de su brazo rozando el mío. Cerré los ojos, dejándome hundir en ese instante.
Podría quedarme ahí. Sería tan fácil olvidarme de todo y simplemente estar con él... Solo por un momento, me dejé perder en ese resplandor posterior. Sentía como si estuviera flotando por todo lo que acababa de pasar.
Y luego, la realidad me cayó encima como un balde de agua helada. Colín. ¿Cómo pude permitirme disfrutar eso? Mi hijo estaba allá afuera, y yo acá tirada, enredada en... lo que sea que esto fuera.
Me senté, abrazando mis rodillas contra el pecho, mirando a la nada. Sentía la mirada fija de Bill quemándome la piel, pero no lo miré. No podía.
—Serena, ¿qué pasa?
—Yo... no sé si esto