Punto de vista de Serena
Me detuve en la puerta de la tienda, con mis dedos rozando la pintura descascarada.
Habían pasado días desde que tuvimos clientes. Temía entrar a la tienda y encontrarla vacía, excepto por Stevie.
Mi corazón latía aceleradamente mientras empujaba la puerta. Para mi sorpresa, había un par de personas mirando las joyas. No eran muchos, pero suficientes para hacerme sonreír. La tienda ya no estaba vacía y eso era lo que importaba.
Me acerqué al mostrador. Stevie levantó la mirada y me saludó con la mano.
—Hola, chica —dijo—. Parece que volvemos al negocio.
Asentí, mirando de reojo a los clientes. —Sí, es una buena señal. Quizás las cosas empiezan a mejorar.
Stevie sonrió. —Esperemos que sí. Por cierto, ¿viste Twitter anoche? Fue una locura.
Mierda. No había visto lo que la gente decía en línea sobre la disculpa de Max y ahora me estaba poniendo nerviosa.
—No, no tuve oportunidad de ver los comentarios.
Stevie frunció el ceño, estudiando mi rostro antes de pregunt