Punto de vista de Serena
Hoy, la tienda estaba más silenciosa de lo habitual. Había menos clientes y el bullicio matutino de siempre había desaparecido. Solo un par de clientes habituales estaban mirando los productos, pero se veían inusualmente sombríos.
El ambiente se sentía pesado, solo se oía el zumbido del aire acondicionado y el ocasional tintineo de las joyas. Me forcé a sonreír mientras saludaba a los pocos clientes. Me preguntaba si el video de Edén ya estaba teniendo efecto.
El silencio me hacía sentir inquieta, así que jugueteaba con un collar sobre el mostrador para distraerme.
—Estúpido Edén —murmuró Stevie—. ¿Por qué tuvo que arruinarlo todo?
—Esto pasará. —Le aseguré.
De alguna manera, también intentaba convencerme a mí misma.
Stevie suspiró, con los hombros caídos. —Mejor espera lo peor. No creo que Edén y Max dejen de venir por nosotras.
Suspiré. —Lo sé, pero no podemos dejar que ganen.
Con la tienda tan tranquila, finalmente tuve la oportunidad de revisar mi teléfono