— ¿Qué está pasando aquí? — La voz de Connor retumbó por encima de los gritos de Bethany.
Ambas mujeres se petrificaron al ver al dueño de la casa.
Beth cambió la actitud y fingió estar profundamente ofendida por Rosa.
— ¡Qué bueno que llegaste, Connor! Vine a preguntarle a Rosa el motivo del desorden y lo sucio de mi ala de la casa y me ha respondido de una forma muy altanera, prácticamente me dijo que yo no soy nadie en esta casa para llamarle la atención a la servidumbre, cuando han dejado trabajo mal hecho… — Casi lloriqueó.
Rosa no podía creerlo y dejó caer la mandíbula de la impresión.
Connor se negó a creer que la nana hubiera actuado con tal altanería, la conocía demasiado bien, definitivamente Beth estaba malinterpretando alguna cosa.
— Espera Beth, no te adelantes a los acontecimientos, dudo mucho que Rosa…
— ¡No puedes tener personal de confianza que se tome semejantes atribuciones! — Interrumpió, esta vez buscando u