Ben salió de la habitación tan pálido como un papel, cruzó el pasillo como un autómata sin siquiera mirar a los lados, con las manos empuñadas y la expresión sombría.
Alice lo divisó desde el otro lado y supo que algo estaba mal, sabía que venía de ver a Audrey, y supuso que algo había sucedido entre los dos.
— ¿Ben? ¡Ben! — Lo llamó, pero el hombre no se volteó para atenderla.
— Martha, ¿hay alguien con Audrey?
Martha ladeó la cabeza con envidia y la miró por encima de sus gafas.
— El Doctor Evans está con ella.
— ¿Evans? pero, ¿No estaba de viaje?
— Sí, pero acaba de llegar.
— ¡Carajo! ¡Ben! — continuó insistiendo y se apresuró a correr tras él tropezándose con Sanders a medio pasil