— Llegaste tarde, ¿Qué te pasó? — Loretta le dijo mirándose al espejo mientras se ponía los pendientes largos que usaba cuando salía de fiesta.
— Hubo una situación con el Doctor Connor, debía entrar a cirugía y no tenía a nadie que cuidara de su hijo — Comentó dejando sus cosas sobre el sofá.
La morena la miró de reojo.
— ¿Y te pidió a ti que lo cuidaras? — Volviendo a su reflejo en el espejo de la sala.
— No, en realidad, más bien yo me ofrecí…
— ¡Audrey!
— ¿Qué?, el niño es muy lindo, y muy bien portado — Se defendió.
Su amiga puso los ojos en blanco.
— ¡Eso es trabajo extra!
— No me molesta, ¿Irás a alguna parte? — La rubia preguntó quitándose los zapatos.
— Dirás: ¡Iremos! ¡Tú y yo! — Aclaró en tono autoritario.
— Lore, estoy cansada, de verdad no me apetece salir.
Loretta la miró como si le hubiera crecido una segunda cabeza.
— Ya hemos hablado de esto, ¡Necesitas retomar tu vida, Audrey!
— ¡Pero si ya lo he hecho! Me siento bien con lo que estoy haciendo, es todo l