Una esposa para el conde. Capitulo 41
Anabelle se encontraba en un estado lamentable, tanto por la tristeza como por los malestares propios del embarazo, y el médico la estaba examinando en ese instante.
—¿Hay algo malo, doctor? —indagó, cuando el médico terminó de inspeccionarla—. Me siento fatal…
—Es normal en su estado, señora —dijo el matasanos, asumiendo que la mujer estaba casada—. Generalmente, estos malestares duran hasta las primeras semanas del segundo trimestre, por lo que le recomiendo guarde reposo, beba mucho líquido y coma sano hasta que eso suceda. Le recetaré unas infusiones para que la ayuden con el malestar.
—No puedo estar un mes postrada en esta cama, en dos días debo subir a un barco —dijo ella, frunciendo el ceño por la preocupación.
—Eso es sencillamente imposible —replicó tajante el doctor—. Usted debe guardar reposo, y es inadmisible que suba a un barco. Si lo hace, no podrá retener alimento y eso provocará consecuencias.
—No puedo quedarme aquí… —murmuró con los ojos llenos de lágrimas.
—Ya has