Elisa estaba preocupada con aquel contrato, le había contado aquello a Selene y ella le había dicho que también a ella, le había pasado lo mismo. Pobre Elisa y ese príncipe que la deseaba tener necesitaba hablar con su abuela de ello. Y se dirigió a su habitación, tocó y su tía le dijo que pasará.
— abuela necesito hablar con usted de algo importante.
— Pasa hija y siéntate aquí al lado mío, cuéntame qué está pasando.
— Hay un hombre que está detrás de mi abuela y quiere casarse conmigo.
— Ya me imagino quién es, el príncipe Mario verdad.
— Como se ha enterado.
— El mismo vino hablar conmigo, sé tu pedida de mano, que piensa hacerlo en la fiesta que daré a Selene, pero porque te pones así si es un buen partido, para una viuda baronesa que se quedó a solas sin su marido.
Aquello a Elisa le cayó muy mal, aquel hombre ya había hablado con su abuela y ella estaba de acuerdo con todo aquello. Entonces se puso a llorar y salió corriendo de la habitación, Giovanna se quedó extrañada por su c