No tardaron más que dos días para tener el acta de divorcio en sus manos, con eso cerraban los amargos días que vivió a causa de las amenazas que recibió por parte de sus tíos y primos, todo por el dinero de James Wyndham.
Ahora lo único que querían era buscar comenzar una nueva vida, siendo felices teniendo a David con ellos, cada día lo iban conociendo un poco más, era un niño muy inteligente y vivaz para su edad, que no pudieron ocultar que estaban impidiendo que su abuelo se acercara a verlo.
Devon había intentado acercarse a ellos, con la justificación de querer ver a David, pero ella no lo quería cerca, le había causado un fuerte dolor cuando supo que él tenía a su hijo y no le había dicho nada, no entendía para que decirle lo que Steven hizo con su hijo hace años, sino pensaba decirle que él lo tenía, que estaba sano y salvo, no podía perdonar los meses de angustia que vivió al no tener ninguna idea de que había hecho Steven.
—Creo que debes perdonarlo— le sugirió Leo una no