Minutos después llegaron a la Momposina, María Luisa y María Fernanda, corrieron a su habitación a colocarse los hermosos vestidos que su madre había escogido para ellas, mientras Joaquín, ayudaba a su mujer con los pequeños.
Instantes más tarde las gemelas aparecieron con unos hermosos vestidos de seda acampanados. Mafer lo lucía en tono lila, y Malu en rosa. Los gemelos iban enfundados en pantalones de gabardina beige, camisa celeste y blanca y blazer azul. Los cuatro niños muy elegantes estaban listos para recibir a los empresarios.
—Por favor no se vayan a ensuciar —recomendó—. Mariana te los encargo, mientras me alisto.
—Ve tranquila, yo los cuido. —Sonrió.
María Paz se dirigió a su alcoba, enseguida se quitó la ropa que llevaba puesta y se metió a la ducha. Mientras el agua corría por su piel, sintió las fuertes manos de su esposo posarse en su cintura.
<
Parece que hubo alguien que se ganó el corazón de Jairo, todo eso lo sabrán en el siguiente libro, aún no me decido a conservar el título original que era: Amantes de luna llena o cambiarlo, pero a quienes me siguen en el grupo, le estaré informando.