Mundo ficciónIniciar sesiónMaximiliano Santillana conoció a Marisa Altamirano en su peor momento, y al principio no entendió que su sobrina Mía se enamorara de ella, pero el tiempo le dio la respuesta, porque él también se enamoró.
Leer más--Acabemos el compromiso señor King… lo he pensado mucho y usted ni yo seremos felices si seguimos con este compromiso que al final solo nos hará daño…--él me observa con sospecha con sus detallados ojos verdes, mientras solo me pregunto ¿acaso la ropa no está bien combinada yo no soy muy buena con esto? Ya llevo varios meses en este cuerpo y puedo jurar que no me veo como en el principio, incluso madre ha indicado que me veo hermosa antes de salir, además mi memoria muscular es excelente, o más bien la memoria muscular de este cuerpo aún no me adapto del todo, incluso con el hecho de pensar en aquella mujer como mi madre, cuando es en realidad es la madre de esta mujer, pero ahora no importa. Ahora solo tengo conseguir lo que deseo ¿Qué acaso no funciona mi propuesta para ti tonto hombre? --De nuevo con eso, no te cansas de preguntar esas tonterías, ya había sido claro contigo, ya deja ese juego tonto porque de verdad estoy cansado.
--No es un juego, verá como le dije anteriormente, en todo este tiempo he comprendido que yo he sido una verdadera molestia para usted, así que por favor terminemos de buena manera, seamos amigos…--le muestro mi mejor sonrisa de comercial, mientras ruego a que este hombre tenebroso y odioso solo acepte el maldito rompimientos de una buena vez por todas, cuando yo de verdad no puedo soportar estar más cerca de él y tengo miedo a que tome el cuchillo que está frente a él y lo atraviese en mi corazón al odiarme tanto como creo que lo hace en realidad.
Hace unos meses mi nombre no era Nessa Scott, mi nombre era Alisa Green, una chica patética que había estado enamorada toda la vida de su novio de secundaria, ese hombre maravilloso y perfecto que siempre se mostró cariñoso, amoroso y compresivo, yo era feliz, de verdad que lo fui por mucho tiempo, no podía suponer que una mujer como yo siendo tan normal y tan apática a la belleza tuviese la dicha de tener una relación con aquel hombre, que él me amara con tanta dicha que incluso nos casaríamos, lo amaba y seriamos muy felices para siempre, de verdad yo me imaginaba con un gran vestido por primera vez en mi vida, caminando a un altar y entregándole mi vida entera, teniendo hijos y sonriendo hacia la felicidad eterna hasta llegar a ser solo ancianos.
Qué triste y lamentable que nada de ello fue verdad, él no me amaba, de hecho estaba enamorado de otra mujer y esa era mi mejor amiga, aquella que nos presentó, aquella que yo consideraba que era buena persona, pero justo cuando creía que las cosas no podían empeorar ellos me asesinaron, lo hicieron de tal manera que yo solo rogué a todo aquello que había en el cielo que me dieran la oportunidad de poder vivir feliz, de poder sentirme amada y poder sentir aquello que habían arrebatado, pero entonces llegue aquí, a este cuerpo, la gran Nessa Scott, una mujer hermosa que lo tiene todo, padres amorosos y consentidores, una vida llena de lujos y un prometido, pero ese era el problema, mi prometido me odia, me odia tanto que me observa como basura y parece que desea cortarme la garganta cada que estoy cerca.
Por eso, al ver que ella tiene un hombre que no la amaba para nada, un hombre odioso y ruin que en mi primera impresión incluso amenazo con sacarme los ojos, decidí que para poder vivir bien y poder conseguir mi venganza contra aquellos que me asesinaron y quedaron como héroes ante todos, yo debía dejar de lado este mal compromiso y todo lo que pueda atraer el maligno Eliot King, quien parece ser amable con todos, menos conmigo y poder vivir en paz. La verdad no sabría decir que le había visto Nessa a este hombre, él era hermoso sin duda, eso no lo negaré, pero aquella belleza que lo destacaba la tenía de odioso, grotesco y ruin, así que lo que tenía más que claro es que yo no quería casarme con este hombre y por esa razón hoy me encontraba finalizando nuestro compromiso de nuevo, ya que siempre que no vemos toco este tema, pero además de irritado, parece no prestar atención y siempre dice las mismas palabras, sin contar que parece que está enamorado también de la supuesta mejor amiga de Nessa, una víbora con cara de ángel que de verdad desteto, pero sigue insistiendo en no dejarme ir ¡ya déjame en paz bastardo¡
--No…
--¿No? ¿De nuevo esa respuesta? ¿Por qué no? —ese mal hombre y odioso ser, solo se encogió de hombros y se levantó de su asiento mientras me observo desde arriba como si no fuese más que una niña molesta ante sus ojos. --Ya te lo dije, si yo pase por esa tontería de un compromiso por tu culpa, no voy a romperlo ahora si acepto esa estupidez tuya, perder beneficios empresariales, así que no…
--A mí no me importa tus negocios, terminemos, tú no me amas y yo no te amo, y tus amas a Thara, así que ¿Por qué arruinarnos más la vida y la de ella? Tal vez yo puedo conocer a alguien que de verdad ame, no podemos arruinar nuestra vida, así que yo te dejo en libertad mientras espero vivir encontrando a quien amar tal cual como tú la has encontrado…--vive lejos con esa venenosa víbora doble cara de tu mujer y déjame vivir en paz por favor, los dos son iguales, tómense de las manos y márchense lejos de mi vista, más o menos eso era lo que deseaba decirles.
-- ¿Tienes a otra persona? —me quede con cara de tonta ante su pregunta, por lo que solo parpadeo sin saber que decir, porque de verdad su pregunta era muy inusual, más al ver su semblante serio y lleno de rencor me aterro como de costumbre
--¿Eso importa? Solo terminemos, solo…
--No, ya te lo dije Nessa Scott, tú hiciste todo un escándalo para casarte conmigo, me ataste en esto, ahora tendré los privilegios de estar casado contigo y tú no lo arruinarás, que tengas un buen día e intenta no hablarme a menos que sea necesario, estar contigo es una total pérdida de tiempo…--el cómo siempre estaba dispuesto a marcharse de nuevo y dejarme aquí sentada como lo hizo la última vez que tuvimos esta conversación, hable con mi último recurso
--Un trato, te ofrezco un trato—Eliot se detiene y levanto una ceja para que continúe hablando, maldito miserable, monstruo cruel ¿Qué te cuesta hablarme? ¿Soy tu empleado? Hombre malo y cruel—sigamos comprometidos por lo que queda del año, solo este año, tú vives tu vida como deseas y yo hago lo que deseo, pero aparentaremos que somos una pareja delante de las personas, piénsalo, tú consigues eso que tanto quieres de mí y yo me libro de ti para siempre…--él frunció el ceño y me observo como si aquello que acababa de salir de boca fuese algo hiriente, pero a los segundos sonrió con delicadeza y me ofreció su mano con una elegante sonrisa, hombre mañoso y horrible, pero de igual manera yo sonreí como si fuese lo mejor del mundo.
--Bien… solo este año, seamos prometidos por lo que queda del año y después de eso Nessa Scott tendré la dicha de no volver a verte…--aquello me dio escalofrío, más al sentir su apretón, un poco más fuerte al decir lo último, pero de igual manera seguí sonriendo con aquella sonrisa brillante de comercial y asentí.
--Muy bien cuida bien de mi Eliot King, seremos prometidos por este elegante año…--solo espero que esto no sea mi peor error, bastante tenía con mis problemas, no quiero que la cura sea peor que la enfermedad.
Hola hemosuras. Hemos llegado al final de esta bella novela que me ha encantado escribir (como todo lo que he escrito n.n) y que espero les haya encantado leer.Como en cada una de mis novelas, he crecido y aprendido mucho de la vida gracias a mis bellos personajes, y me he enamorado de todos y cada uno de ellos, y de verdad deseo que compartan ese sentir conmigo; que hayan amado a Marisa, que se enamoró como tonta de esa familia que le supo corresponder en el amor; que hayan amado a Maximiliano que, sin que nos diéramos cuenta, tal vez, se convirtió en una gran persona, en un gran hombre, un gran hijo y un gran amante, esposo y padre; que amaran a Maximina corazón de pollo, que quiso proteger hasta a quien no se lo merecía; y que, junto a la pequeña y encantadora Mía, amaran a todos los bebés que Marisa y Maximiliano nos regalaron, aunque a ellos nos los viéramos crecer de tan cerquita como a la pequeña Mía. Estoy segura de que no solo Marisa y Maximiliano fueron UNIDOS POR MÍA, tam
POV´S MARISALa primera vez que lo vi, me sentí como niña de secundaria viendo a su amor platónico. Mis ojos no podían dejar de verlo, y en mi cabeza había una vocecita, que tenía muchos años sin escuchar, susurrándome que le hablara a esa belleza de hombre que apareció de la nada frente a mí.Y lo hice, un poco por esa vocecita que casi siempre ignoré en el pasado, y mucho por la pobre criatura en los brazos de ese hombre. Él traía un bebé, y aun cuando él podía estar esperando a su esposa mientras cuidaba a su hija, fui y le hablé fingiendo que no babeaba por él.La primera vez que lo escuché se me doblaron las rodillas. Esa voz grave me descompuso la cabeza, por eso insistí en tratar con él, porque necesitaba escucharlo un poco más y llenarme de él.Pero él era hombre de pocas palabras, o tal vez yo no le caí bien, no sé, así que pensé que me quedaría con las ganas de escucharlo decir algo más, y ya ni hablar de escucharlo decir mi nombre, como ansiaba un poco.Afortunadamente para
—No es que me esté quejando —aseguró Maximina, que veía a su nuera arreglarse para ir a celebrar su quinto aniversario—, porque en serio amo mi casa llena de niños, pero, solo tal vez, deberían considerar el dejar de hacer crecer a la familia.Marisa se rio, ya no apenada, como en un inicio se sentía cada que esa mujer bromeaba con ella, sino en serio divertida por el tono en que esa mujer le había hablado.Y sí, Marisa le creía a su suegra que amaba su casa llena de niños, pero también sentía un poco justo que Maximina se quejara, porque cinco niños en casa si parecían demasiados, incluso para ella.Un año después de su boda, ella dio a luz unas preciosas gemelas a quienes llamó María Fernanda y María Alexandra, a quienes llamaban Mafe y Male; y, dos años después de eso, había nacido el pequeño Mateo, que ahora estaba por cumplir los dos años ya.Así que, desde algo de tiempo atrás, y hasta esa fecha, la casa en que todos vivían era una locura que, en realidad, todos adoraban.Muchas
Marisa se miró al espejo y sonrió tontamente, era como si no pudiera contener la emoción desbordante que le tenía adolorido el pecho por lo fuerte que golpeaba su corazón contra él; sin embargo, era inevitable, y casi un poco espeluznante, porque ser tan feliz no se sentía muy normal, por eso se mordió los labios mientras respiraba profundo para poderse tranquilidad.Era el día de su boda, justo un año después de esa torpe pedida de mano que terminó en más risas que llanto, porque Maximiliano definitivamente no encajaba con el tipo romántico y sus pequeños hijos no se habían prestado para que el evento fuera ameno y terminara en un bello recuerdo; más bien fue algo desastroso.Y ahora estaba ahí, vestida de blanco luego de muchos meses de ejercicio para no tener que ponerse otra molesta faja, y con dos niños corriendo como locos por todos lados. Mariano tenía ya un año, y Mía había cumplido tres.La pequeña estaba acostumbrada ahora a ese pequeño, y lo cuidaba como la buena hermana ma
—Mejor, adorna el jardín —pidió la joven, sonriéndole—, así estarán todos en la propuesta. Eso me gustaría mucho más, porque estaría compartiendo mi felicidad con los que más amo en la vida.—Pero yo quería llevarte a un restaurante —declaró el hombre—, para luego ir a festejar a un hotel tú y yo solos, sin niños y sin madre.Marisa rio, divertida, pero, para ser franca, no sentía que pudiera disfrutar nada tan lejos de ese par de niños que parecían ser una extensión de ella misma. Ya ir al baño sola le generaba un poco de ansiedad de separación, no se imaginaba estar tres o cuatro horas fuera de casa, al menos no sin ellos.—No quiero salir sin ellos —explicó la castaña y Maximiliano suspiró.A decir verdad, esa era justo la razón de que no se la robara y le hubiera preguntado primero si quería ir con él a una cita, pues ya había notado esa ansiedad de estar separada de ellos, así que, al final, tras semejante respuesta, que en realidad se había esperado obtener, decidió que era mejo
—¿Quieres ir a una cita conmigo? —preguntó Maximiliano, besando la mano de su amada novia y la madre de su hijo y de su sobrina, por muy raro que eso pareciera—. Creo que nos hace falta un poco de tiempo para los dos.—A mí me falta tiempo para mí sola —declaró la castaña, que tenía tiempo tan cansada, que a ratos hasta quería llorar.Todo era difícil, ser mamá de dos niños pequeños era muy desgastante, porque Mariano era, definitivamente, mucho más demandante de lo que había sido Mía; y, por si eso no fuera poco, Mía se había vuelto bastante caprichosa luego de recibir al nuevo miembro de la familia, al punto de que Marisa no podía hacer nada por el bebé sin tener que hacerlo por Mía; así que estaba agotada de verdad.» Aceptaré la cita solo si me llevas a un hotel a dormir —respondió la joven, que hacía mala cara porque Mía llegaba hasta ella justo en ese momento.Marisa tenía días escondiéndose de la pequeña cada que amamantaba a Mariano, porque, noches atrás, ansiosa por dormirse
Último capítulo