Mundo ficciónIniciar sesiónMe levanté de la silla y corrí al baño sin mirar atrás, apenas entré me lavé la cara con agua fría varias veces, hasta que mis mejillas volvieron a su color natural. Sequé el exceso de líquido en mis rizos goteantes y meneé mi rostro hasta retirar el agua con las manos.
Dios cuando entré y me acerqué al espejo, mi rostro era de un rojo intenso y mis ojos tenían un brillo extraño, ¿él me vio así?
Con suspiro volví. Y, a pesar de que Adrien no me dijo nada, me dedicó una sonrisa burlona que no cubría del todo su taza de café, me invitó a su lado y me senté. Comí callada concentrándome en los sabores que degustaba y evitando mirarlo.
¿Cuánto daño me hacía éste hombre?
Comimos en silencio y







