Mundo ficciónIniciar sesión—¿Vas a salir así? —preguntó Adrien con un brillo en su mirada.
—¿No te gusta cómo me veo? —respondí, enredando mi voz con un hilo de coquetería, sin saber muy bien si la trampa era para él o para mí.
—Todo lo contrario —dijo, su tono acariciaba y hería al mismo tiempo—. Te ves cómo... una diosa. No, como algo que ni los mismos dioses merecen —sus ojos me recorrieron con tal intensidad que casi mi piel se sintió ajena—. Será mejor que nos demos prisa.
Por un momento Adrien tartamudeó, sus ojos adquirieron un matiz más oscuro y caminó hasta detenerse justo frente a mí. Tomó las bolsas sin decir nada más y se marchó hacia la entrada, y me hizo un gesto para seguirlo, sin mirarme.
¿Hice algo que le disgust







