Una noche de pasión con el CEO Helena Altamirano, estaba dispuesta a dejar todo, por cuidar de Julieta, dejaría a cargo su tienda de regalos a un empleado de su entera confianza, para dedicarse al 100 por ciento a la niña, en dado caso que el padre de la niña no se quiera hacer responsable de ella, y aunque sabía que él estaba en todo su derecho de pedir su custodia, en cuanto supiera de su existencia, no toleraba la idea de que Santiago Treviño, se quedara con Julieta, porque ella le había prometido a su amiga fallecida, que cuidaría de su hija contra viento y marea y más porque ella la había dejado como su tutora legal de la pequeña. Santiago Treviño, se acordaba de una noche loca, llena de pasión con aquella chica, pero jamás imaginó que esa noche iba a traer consecuencias y en cuanto supo que era padre, iba a pelear por la custodia de su hija, si era posible le propondría matrimonio a la tutora de su hija, como le pedía su ex amante en una carta, la madre de su hija le pedía algo descabellado, por el bien de su hijita, pero no sabía si podía llegar tan lejos. A Helena, no le quedaba de otra que vivir bajo el mismo techo que Santiago, ¿pero estaría de acuerdo en casarse con él? ¿Sería necesario hacerlo? Para complicar más las cosas algo estaba sucediendo entre ellos, ¿Cómo era posible que estuviera naciendo un amor tan fuerte entre los dos? Era una pasión que no podían ocultar, y no podían creer que la convivencia hubiera provocado esa inmensa atracción. ¿Podrán dar rienda suelta a esa pasión desenfrenada que ha surgido entre los dos, y aprovechar el que ya estén casados?
Leer másCapítulo 1
SantiagoMe encontraba concentrado en unos documentos de un nuevo proyecto de construcción, cuando escuché como se abría la puerta de la oficina, y me preparaba para llamarle la atención a quien fuera, pero me encontré con una mujer llevando en un canguro a un bebé.
–Buenas tardes, Santiago, lamento interrumpirte – Entró una atractiva y joven mujer en la oficina – Antes, que digas algo, déjame decirte por qué estoy aquí, es que tenemos que hablar de algo muy importante.
– ¿Está usted, loca?, ¿No ve que estoy ocupado? Además, ¿Cómo pudo entrar así? Yo no atiendo a nadie sin cita – Le hice saber – ¿Qué es lo que quiere?
La miré de arriba abajo.
–He venido a presentarte y a su hija y que podamos hablar. Eso es todo lo que quiero.
No podía creer, que esta mujer a la que no recordaba haber visto nunca, ahora me dijera que la bebé que traía cargada en un canguro era mi hija.
Es la primera vez que la veo, en ese momento, Alicia, mi asistente entra apurada a mi oficina.
–Lo siento Ingeniero, pero esta señora se metió a la fuerza hasta aquí, aun cuando le dije, que usted, solo atiende a la gente que tiene cita – Se disculpaba – ¿Quiere que llame a seguridad?
Estaba casi tentado a decirle que sí a Alicia, pero las palabras que había dicho esa mujer no eran para pasar a la ligera, esa era una falta grave que tenía que dejarle en claro, era una mentira lo que acababa de decir.
–No será necesario, yo me encargaré. Gracias, Alicia.
Mi asistente salió de mi oficina y yo mismo, me levanté de mi lugar para cerrar la puerta.
No quería, que las locuras de esta mujer, me fueran a causar un problema en mi empresa, por lo que tuve que tomar esa precaución y ella, en lugar de tomar asiento o algo, se acercó a mí con todo y la bebé y me ofreció su mano, para presentarse.
–Soy Helena Altamirano – Me dijo – Y sé que no debí presentarme así en tu oficina, pero tenemos que hablar, sobre cómo vamos a criar juntos a tu hija.
–Tú obviamente ya sabes mi nombre y apellidos – Le aseguré – Pero esa niña no puede ser mi hija. Yo no te conozco, así que no pudimos habernos involucrado nunca y por favor, vete que tengo mucho trabajo que hacer.
Me dirigí a la puerta, pero sus palabras me detuvieron cuando tenía la mano en la perilla justo antes de que la girara.
–Eso es verdad, nunca nos habíamos ni visto. Pero, espero que recuerdes a Karla Mondragón.
Ese nombre de Karla, si me sonaba conocido.
Fruncí el ceño y golpeé el escritorio para intentar obtener más recuerdos.
– Antes, que digas más nada, te refresco la memoria, pasaste una noche muy alocada con ella hace más de año y medio y estas son las consecuencias, me lo contó todo, ella fue mi mejor amiga y es la madre de Julieta y tú, eres su padre.
La confesión de Helena, me dejó perplejo y más aún, cuando ella me mostró unas fotografías de ella y de Karla juntas, en varias ocasiones e incluso estando Karla embarazada.
Ya la recordaba, era una hermosa y joven chica con la que tuve una noche de pasión y producto de esa noche, tuvimos a Julieta.
Ella era mi hija, pues además de tener mis ojos.
Karla y yo no tomamos ningún tipo de precaución, por andar totalmente tomados y enfiestados aquella noche.
–La recuerdo perfectamente – Admití – Pero, lo que no entiendo es que seas tú, la que esté aquí pidiendo que crie contigo a una hija que no es tuya, en lugar de Karla, que es su madre. Esto no tiene sentido. ¿Dónde está Karla?
Observé cómo sus ojos se humedecían de repente y su voz se entrecortaba.
–Ella está muerta.
No podía creer que Karla hubiera muerto.
Tras unos minutos de silencio, me senté ensimismado y miré a la mujer que tenía delante.
– ¿Y ahora? ¿Qué es lo que quiere?
Empezó a sacar de una mochila, una carpeta con documentos.
–Soy la tutora legal de Julieta. En su lecho de muerte, me pidió que me hiciera cargo de ella legalmente, pero me pidió que te buscara, ella quería que Julieta se criara en un hogar, con sus padres juntos.
Me disgustaba que no se hubiera puesto en contacto conmigo desde que había descubierto que esperaba un hijo mío, la bebé ahora era mi responsabilidad y no soy un hombre que elude sus responsabilidades.
–Tú lo has dicho – Respondí después de ver los documentos – Serás la tutora legal de mi pequeña, pero no eres su madre y es absurdo que me pidas que la criemos juntos. Karla ya no está aquí y es con la que yo, me hubiera hecho cargo de mi hija, no contigo, que no tienes nada que ver en esto.
Me miró, como si me quisiera sacar los ojos, ella iba a luchar con uñas y dientes, por lo que me estaba dando a demostrar.
–Tengo todo que ver en esto y te lo he mostrado ya, pero parece ser, que no entiendes nada –Con una mano sosteniendo a la bebé, intentó arrebatarme el documento de la mano con la otra.– La tutela de Julieta está en mis manos y su última voluntad, es que la criáramos juntos, tú que eres su padre biológico y yo, que soy quién más quiere a Julieta, en este mundo.
– ¡Pero yo soy su verdadero padre por sangre!
Capítulo 197 SantiagoAños despuésHelena y yo cumplimos hoy 30 años de casados y dimos una gran fiesta para eso, organizada por nuestros hijos por Julieta, que ya rondaba los 30 años, estaba a unos meses de cumplirlos y por nuestro hermoso Sebastián, que ya estaba yendo a la secundaria. Habíamos tenido una vida maravillosa, juntos, con la familia que formamos, tenemos dos hermosos hijos, dos hermosas nietas y dos hermosos nietos. Mi hija y mi yerno nos dieron esos cuatro nietos hermosos que tanta alegría trajeron a nuestras vidas.–Felicidades a los dos, mamá y papá. Sebastián y yo, les tenemos otro regalo y en este también Jerry nos ayudó.Julieta nos fue a felicitar. Mi hija era una mujer de bien tal y como quisimos siempre Helena y yo que fuera, era ya mi sucesora y aunque yo no he dejado del todo de ir a la empresa, ella es la que se encarga de llevar las riendas de ese lugar al que yo amo tanto.–Muchas gracias, hija. No debieron de molestarse en hacernos otro regalo, ya con e
Capítulo 196HelenaHa pasado el tiempo desde que mi hija y mi yerno se graduaron y ambos estaban trabajando en la empresa de Santiago, la que sería su patrimonio al ser nuestra bella hija la sucesora de su padre y todo quedará como una empresa familiar, claro en sociedad con las hijas de Iván que también es socio de la empresa. Santiago, Sebastián y yo fuimos a ver a mi hija y a mi yerno a su nueva casa, ellos no habían esperado nada para mudarse y a pesar de que los echábamos de menos en la casa, a los dos les iba demasiado bien en su hogar.–Queridos suegros que bueno que nos vienen a ver y como siempre llegan cuando tenemos una emergencia.–Hola, Jerry, dinos por favor si algo está pasando con nuestra hija.Mi pregunta se escuchó demasiado exagerada y así me sentía yo, estaba preocupada por mi hija y porque ella siempre baja a abrirnos la puerta de su casa. Mi nieto Jerry estaba acostado en la sala y al vernos nos sonrió a mi esposo, a mi hijo y a mí.–Sí, Jerry, por favor habla h
Capítulo 195HelenaEl gran día de la graduación de Julieta es hoy y yo muy temprano me levanté para ponerme a hacer todo lo que ese día tan importante requería. Me metí a bañar temprano y Santiago me ayudó a bañar a Sebastián, luego lo arreglé a él, quería que se viera hermoso en el evento de graduación de su hermana y me puse a preparar un desayuno ligero. Gloria se iba a encargar de la comida con unas personas que trajo mi madre, ella seguía siendo la abuela de siempre que quería que todo estuviera perfecto para su nieta y yo se lo agradecía.–Hija, voy a perderme yo el acto de Julieta. Quiero dejar tu casa impecable para el festejo de ella y de Jerry.–No mamá, no será necesario. Gloria se encargará de todo con las personas que trajo Santiago. El festejo se trasladará a otra locación y no puedo por ahora decirte a dónde.Mamá se enojó, a ella no le gustaba que se le ocultara nada y esta vez se iba a tener que aguantar a que así fuera. No podía arriesgarme a que se estropeara la gr
Capítulo 194SantiagoMe propuse con todo a terminar la casa de los sueños de mi hija, y mi primo Iván me estuvo ayudando y hasta el mismo Alejandro y también Brad se sumaron al sueño que yo tenía de darle a Julieta la casa de sus sueños, ella no veía venir la sorpresa que le iba a dar el día de su titulación.–Primo, ha quedado increíble la casa de mi sobrina. Hoy vamos a darle el último recorrido, deberías de decirle a Helena que venga a darle el visto bueno.–Sí, Santiago. Mi hermano y Julieta no se ven venir esta hermosa sorpresa y a ambos les va a gustar demasiado.Brad estaba también demasiado emocionado, la sorpresa no solo era para mi amada hija, era también para mi yerno, su hermano y entre ellos dos habían creado la casa de sus sueños, les iba a encantar la sorpresa y su regalo de graduación.Mi hija se iba a graduar como ingeniera civil, ella había seguido mis pasos y Jerry se iba a graduar como arquitecto, todo estaba dispuesto para que la felicidad de ambos fuera completa
Capítulo 193 SantiagoLa construcción de la casa de mi hija Julieta, se inició la semana siguiente que fuimos Helena y yo a ver a la agente de bienes raíces, mi esposa estaba muy emocionada cuando vio llevado a un diseño 3d la casa de mi hija y como iba a quedar todo a su gusto de acuerdo a los planos que había hecho Jerry y al diseño que ambos querían, esto iba a ser la sorpresa más bonita que le íbamos a dar a nuestra hija como regalo de titulación.–Santiago, tuviste toda la razón en decir que no compráramos ninguna casa de las que nos mostraron. La casa que han diseñado Julieta y Jerry es perfecta para ellos y me gusta mucho.–A ellos les va a gustar más, ver ese diseño llevado a la realidad. Verás el día que se las entreguemos, se van a volver locos de alegría, ellos no ven venir que su propio diseño será llevado a la realidad.–Así es y por ello te amo, Santiago. Eres el mejor padre que pude elegir para mis hijos y ambos te aman mucho y más te amo yo.El amor entre Helena y yo
Capítulo 192SantiagoHelena y yo éramos cada día más felices y lo mismo le pasaba a mi hija Julieta con mi yerno. Yo dudaba de muchas cosas de ellos por haberse casado tan jóvenes y por haber sido padres a tan corta edad y ahora me daba gusto que todo les salió demasiado bien, nos han dado a mí y a Helena un nieto precioso y Julieta está esperando otro bebé.Me daba un poco de tristeza saber que cuando ellos terminaran la universidad, lo cual será muy pronto, se irán a vivir a otra casa y ya no estarán con nosotros, ese va a ser un regalo que Helena y yo les vamos a dar por la finalización de sus estudios y que se lo merecen el tener su propio espacio para ellos y para su familia. Por ello Helena, citó a un agente inmobiliario para que nos asista en ese proceso.–Santiago me gusta esta casa para Julieta y Jerry, es grande y espaciosa y va con su estilo de vida o eso pienso yo.–A mí también me gusta mucho, está muy bonita y amplia. Quisiera que ellos mismos escojan la casa que les re
Último capítulo