VERONICA.
Me miro en el espejo y me veo radiante con mi vestido de novia. Es un diseño exclusivo, hecho a medida para mí, con un corte sirena que acentúa mis curvas y un escote en forma de corazón que enmarca mi rostro. La tela es un satén suave y brillante, con un toque de encaje en la parte superior que le da un toque de romanticismo. El vestido es blanco, pero no un blanco puro, sino un blanco crema que se adapta perfectamente a mi tono de piel.
Me siento como una princesa de cuento de hadas, con mi cabello recogido en un moño bajo y adornado con pequeñas flores de seda que se entrelazan con mi peinado. Mi maquillaje es natural, con un toque de brillo en los labios y un sombreado suave en los ojos.
El vestido cae perfectamente sobre mi cuerpo, acentuando mis curvas y haciéndome sentir femenina y elegante. La cola del vestido es larga y fluida, y se mueve con gracia cada vez que me muevo. Me siento como si estuviera flotando en una nube de felicidad y amor.
Me miro en el espejo y so