¿Enamorarte del mejor amigo de tu hermano? Jamás, claro que no pasaría...existían códigos no estipulados que lo prohibían, pero si el mejor amigo de tu hermano se trataba de Noah Anderson, había una clara excepción. Y es que, era imposible no enamorarse de alguien como él y no, simplemente no se trataba por la sencilla razón de que era el mariscal de campo y su belleza algo inigualable, tampoco el hecho de que su cuerpo parecía haber sido esculpido a cada detalle meramente meticuloso. ¡NO! Su maldita y hermosa forma de ser. Noah no era un mujeriego, tampoco un badboy y mucho menos hacia parte del grupo de hombres que jugaban con los sentimientos ajenos... Él era todo lo contrario y tal vez por esa razón, tenía un grupo grande de admiradoras...incluyéndome. Hice todo lo posible por frenar los sentimientos que crecían conforme al tiempo, pero él no me lo dejaba para nada fácil con su terrible interés por mí y de querer que estuviera bien en todo momento hasta que lo hice...callé las voces y me adentré al mundo de Noah Anderson sin saber que más adelante estaríamos quemándonos por culpa del amor...nuestro amor. Soy Alison Walker y esta es mi historia.
Leer más—Todo saldrá bien, cariño —susurró mamá detrás de mí—. Te gustará tu nueva universidad, tendrás nuevos amigos…estaremos nuevamente los tres.
Solté una risa nerviosa y negué mientras volteaba a verla.
Estaba en la entrada de la que sería mi nueva habitación desde ahora, ya se encontraba completamente amoblada, todo esto debido a que semanas antes, mi hermano se había estado encargando de todo, lo único que hice fue dar órdenes de lo que me gustaba y como quería mi cuarto.
Hizo un trabajo fenomenal —pensé.
—Acabo de mudarme a otro estado mamá —expliqué, dándome cuenta que estaba tardando más de lo normal en responder. Quería que tratara de entender la magnitud del cambio tan drástico que habíamos tenido—. Estaba por empezar mi tercer año de carrera en Economía y finanzas, tenía la posibilidad del intercambio con Oxford…ahora no sé si podré.
—Sabes que con esta nueva universidad tendrás más posibilidades —agarró mi rostro entre sus manos, su mirada me suplicaba que entendiera y lo hacía, pero era difícil.
—Sabes que no solo es eso, dejé muchas cosas en Atlanta —mis ojos se llenaron de lágrimas, pero me obligué a mí misma en no derramar ninguna, ya mucho había llorado cuando me despedí de todos mis amigos que se definían en cinco personas.
—¿Acaso no extrañabas vivir con tu hermano? —inquirió, con una pequeña sonrisa asomándose en su rostro.
Esa pregunta tocó un nervio. Hace cuatro años mi hermano mayor Jayden entró a la universidad de columbiatt…acá en Nueva york, así que llevábamos mucho tiempo viéndonos solo en vacaciones cuando él iba y nos visitaba en Atlanta, ambas lo extrañábamos demasiado, razón por la que influyó para que mi madre aceptara su nuevo trabajo.
—Sabes que sí —sonreí y la abracé—. Te prometo que pondré de mi parte. Ahora arreglaré mis cosas, entre más rápido lo haga podré sentirme en casa.
Negó levemente mientras observaba el reloj de su muñeca.
—Lo harás más tarde, tu hermano dijo que nos esperaba en el partido que tendrían hoy —fruncí mi ceño y negué rápidamente—. Alison, jamás lo has visto jugar desde que esta acá…sabes que esto es importante para él.
Y no pensaba hacerlo. No me malinterpreten, amaba con locura a Jayden, lo apoyaba en todo, pero una de las razones por las que no me gustaba tener que estudiar en el mismo lugar que él, se debía a mis años de instituto. Siempre fue el chico popular y todo aumentó exageradamente al ser parte del equipo de futbol, todos lo amaban y todas las mujeres morían por su majestad.
Tuve que soportar la cantidad de personas que se acercaban a mí solo por conveniencia, sufrí mi primer amor de la manera más traumática de todas, varias personas jugaron con mi amistad, literalmente no tenía a nadie verdadero a mi lado, sufrí tanto y eso desencadeno lo que soy ahora…una persona desconfiada con toda la población humana. Era de pocos amigos.
En mi anterior universidad era alguien que pasaba por desapercibido…una más del montón y sabía que el ir al partido donde estaría jugando, haría que todos supieran que soy la “hermanita pequeña de Walker”.
—Veré la transmisión y lo felicitaré en cuanto llegué —sonreí, mostrando mis dientes y entré a mi habitación, pero la advertencia de Madison Walker me había hecho saber que no me libraría de ir.
—No era una pregunta, iras a verlo. Creía que querías irte en tu propio auto hasta tu universidad.
Soltó, no sin antes recordar que solo tenía media hora para alistarme.
Llevaba mucho tiempo pidiendo un automóvil, quería ser independiente y no necesitar de mi madre para movilizarme o tener que utilizar el transporte público.
Tenía que ir a ese juego.
Aun mi ropa estaba entre maletas, así que agarré lo primero que pude ver que combinaba con la ocasión y entré a la ducha, tardándome poco tiempo.
Me alisté con unos shorts cortos tiro alto, una camisa del equipo de mi hermano, me quedaba grande, así que opté por lo más fácil que sería enrollarla, tenía su número y nuestro apellido en grande, unas converse, gorra, gafas, accesorios dorados y estaba lista.
Me horroricé al verme en el espejo, tenía muchas ojeras que una moderada cantidad de corrector arreglaría.
—¡ALISON BAJA! ¡NOS VAMOS! —escuché el gritó de mamá desde la planta de abajo, sí que tenía unos buenos pulmones.
Salí corriendo, casi cayéndome de boca en el último escalón. Era normal que pasara, vivía saludando al piso de maneras inimaginables… a este punto la vergüenza había abandonado mi ser.
Entré al automóvil con el corazón a mil, respiraba entrecortadamente y sentía que me desmayaría.
—N-No puedo…con…tanto —trataba de hablar.
—¿Es enserio? ¿Es enserio Alison? —inquirió atónita, al ser testigo de mi horrorosa salud física. Era un completo asco—. Necesitas con urgencias retomar el volleyball.
Solo asentí, no estaba en condiciones para hablar.
No tardamos mucho tiempo en llegar o eso me había parecido, siempre que empezábamos con nuestras famosas charlas del mundo empresarial todo parecía pasar más lento…aunque en realidad pasaba más rápido y cuando menos lo pensábamos, habíamos hablado hasta cuatro horas seguidas y más de veinte temas tocados.
—Mierda —susurró mamá, al ver la larga fila de automóviles parqueados afuera del estacionamiento.
—¿Acaso esta todo Nueva york acá? —cuestioné sorprendida. ¿siempre era así?
Tardamos más de diez minutos, hasta que pudimos estacionar el auto. Aún seguían personas llegando así que simplemente las seguimos, ninguna sabia donde quedaba el campo de juego…no sabíamos nada y era mi primera vez aquí, mi estomago se retorció al saber que el lunes empezaba en este lugar.
Poco a poco el ensordecedor ruido iba siendo más fuerte, cada lado del lugar gritaba eufóricos, mamá me agarró la mano y me guio, al parecer sabia a donde nos dirigíamos.
Empecé a fruncir mi ceño cuando en vez de subir las gradas, nos acercábamos atrás de la banda, el lugar VIP.
¿Cómo no lo había pensado antes? —me regañé mentalmente.
Era obvio que mi hermano nos quería en primera fila.
—¿Puedo ir a las gradas? Es más alto y…ok —asentí, al ver la advertencia en su mirada, era muy intimidante cuando quería.
Alguien nos detuvo, alegando que no podríamos ir a esos asientos, pero una vez que dimos nuestros nombres, nos dejó pasar sin problema e incluso nos llevó hasta nuestros asientos.
—Que buen servicio —susurré para mi entre risas.
Cuando estuvimos en nuestros puestos, me tomé el tiempo para mirar a mi alrededor y ver como muchas personas me miraban con curiosidad, otras con rabia y algunas con… ¿admiración?
¿Qué rayos? —pensé.
¿Por qué esas personas me… ¡m****a! ¡doble m****a!
Era claramente por la camisa del equipo de Jayden, seguro pensaban que era su novia.
Perfecto Alison, tu plan para ser invisible acaba de irse directo al caño.
De repente, todos empezaron a gritar aún más si todavía era posible, incluida mi madre lo que logro sobresaltarme un poco. Se levantaron de sus asientos, así que hice lo mismo, dándome cuenta cual era la razón, los jugadores de nuestra universidad habían hecho su entrada junto con los otros.
Empecé a buscar a mi hermano entre tanta testosterona, lo bueno de estar aquí es que literal estabas a solo unos pasos de donde se reunían ellos con su entrenador. Cuando lo encontré, me fue imposible no emocionarme y llamarlo, llevaba seis meses sin verlo…era mucho tiempo.
Una sonrisa apareció en su rostro en cuanto nos vio y corrió hacia nosotras, algo que sin duda no había pasado por desapercibido por el equipo y las personas de las gradas.
Empecé a sentir varias miradas en mí, pero solo una me interesó y era la del chico que se encontraba al lado de Jayden, había ladeado un poco su rostro para observarme y a pesar de la distancia considerable que había entre los dos, su mirada me intimidó a tal punto de sonrojarme. Miré a Jayden quien abrazaba a mamá para después hacerlo conmigo.
—Te extrañé muchísimo, pequeña—agarró mi rostro entre sus manos, besando todo mi rostro y logrando quitar mis gafas.
Mi rostro se calentó, pues sabía el numerito que estábamos dando, pero así era con él siempre que nos veíamos y… todo el tiempo en general, era el hijo y hermano más cariñoso de todos sin importar frente a quien nos encontráramos.
—También te extrañé, pero creo que tienes un juego que ganar —dije entre risas.
Este asintió y corrió nuevamente hacia sus compañeros… sin poder evitarlo me encontraba buscando aquel chico entre ellos, mi corazón saltándose un latido al ver que al igual que antes, aún seguía observándome, pero ahora su mirada era un poco mas ¿suave? e incluso…me miraba con diversión.
Creía que me había reconocido ya al no tener las grandes gafas que tapaban considerablemente la mitad de mi rostro.
Él empezó a quitarse su casco y…
¿Era yo o todo pareció ralentizarse de repente?
Acababa de ver esa pequeña acción en cámara lenta y cuando revolvió su cabello entre sus dedos. ¿Acaso todas habíamos suspirados? ¡Mierda!
Mis ojos se abrieron de par en par al darme de cara con que era el mejor amigo de Jayden.
Tragué en seco.
Mi yo de hace unos tres años atrás daba saltos y gritaba como toda una fan.
Era Noah Anderson, por dios.
Se preguntarán, ¿Quién rayos es Noah Anderson?
Es el mejor amigo de mi hermano desde hace cuatro años ya, en cuanto supe de su existencia por comentarios que hacía Jayden en Atlanta sobre su amistad y por las fotos de su red social donde aparecía, había tenido un flechazo sin dudarlo y es que, esos 1.85 metros eran una cosa de locos, su cabello castaño, sus ojos color avellana, su rostro y el irrefutable cuerpo de atleta, hacía que fuera malditamente irresistible para el ojo femenino e incluso masculino. Así de caliente e impresionante era Noah.
Había sido mi crush por dos largos años, siempre tuve la esperanza de verlo, pero cuando Jayden habló sobre la relación que tenía su mejor amigo con una porrista un año atrás, todo sentimiento de acoso por él se esfumó. Un prohibido con letras neón apareció en su rostro.
Joder tuve una pequeña tusa, patética lo sé. Se dan cuenta que jode más superar alguien con el que no fuiste nada y peor en mi caso… ¡con el que ni siquiera has hablado en tu aburrida vida!
Solo a mí me pasaba.
Ahora que lo veía y aunque estuviéramos a unos metros, estaba nerviosa como la m****a y mis manos empezaban a sudar, ¿el estado de mi corazón? Apunto de sufrir un paro.
De repente y sin preverlo, guiñó un ojo… ¡GUIÑÓ EL MALDITO OJO! ¡Y EN MI DIRECCIÓN!
¡Noah Anderson me había guiñado un ojo y aún vivía para contarlo!
—¿Soy yo o el quarterback acaba de guiñarte un ojo? —Madison me codeó con burla en su voz, hablaba un poco alto por el gran ruido que hacían los fanáticos—. Por lo que veo no le teme a Jayden ni a sus advertencias, seria divertido ver a tu hermano presenciando esto.
—¿Quarterback? —fijé mi mirada en mamá, obviando el hecho…por ahora, de que Jayden le haya advertido a Noah sobre mí. —¿habrían tenido charlas donde yo era la protagonista? ¿Mi nombre había salido de entre sus labios? No lo sabía, pero sin duda pronto lo haría— Jayden era muy protector y más cuando se trataba en temas románticos por el pasado—. ¿Es el Quarterback? ¿Capitán? ¿Mariscal de campo?
Esta asintió confundida y yo solo pude quedarme callada sin decir nada más.
Cuando nuevamente volteé a mirarlo, él estaba concentrado escuchando las indicaciones del coach, su ceño levemente fruncido mientras asentía a cada tanto.
¿Era posible que alguien se viera tan bien haciendo ese simple gesto?
La respuesta llegó inmediatamente al ver una pequeña sonrisa en su rostro.
Si eras Noah Anderson, claro que sí.
POV NOAHHabíamos terminado el entrenamiento y todo el equipo estaba repartido entre las duchas y los casilleros, había mucho ruido, todo tipo de olores estaba en el ambiente y muchas posaderas a la vista.Varios estaban hablando sobre una salida que habría en la noche mientras yo guardaba mis pertenencias para irme, tenía una reunión de trabajo en dos horas. Aunque los estaba escuchando, mi mente estaba maquinando todo lo que tenía que hacer y preparar, quería que todo saliera perfecto, pero aun estaba en la espera de la confirmación.—Tengo unas amigas de muerte que están locas por conocerlos a ustedes… en especial a ti Noah.Cerré mi casillero y volteé a verlo. Louis era como el hermano gemelo de Aiden, eran tan iguales en cuanto a chicas.—No veo problema en conocerlas —me encogí de hombros—. Pero deben de saber que no estoy interesado en una noche y menos en una relación.—Aaaaah —exclamaron al unísono y empezaron a bromear.Para ellos era el mas aguafiestas, pero simplemente no
—Oficialmente libres —alzó las manos y empezó a saltar mientras reía.No dije nada, simplemente la observé, estaba demasiado feliz desde que supo en el descanso que tuvimos que ambas volveríamos juntas a Nueva York, tenía que admitir que también lo estaba, pero mis nervios por el viernes me tenían controlada, no dejaba de pensar en ese día, anhelaba que llegara lo más pronto posible, como también quería que se tardara una eternidad.¡Ni siquiera podía entenderme y no trataría de hacerlo o quedaría completamente loca! —Emm no puedo acompañarte a casa —me apresuré hablar cuando vi que iba hacia el estacionamiento—. Debo de hablar con Bryant, quedé con él en su casa. Así que agarro un taxi y voy.La sonrisa de Mia desapareció por completo. No le había gustado para nada lo que había dicho, me había quedado demasiado claro.—¿Por qué en su casa, Alison? —preguntó mientras rodaba sus ojos—. Antes de que puedas hablar, él ya estará entre tus piernas.—Tienes razón, pero eso era antes de est
Siempre me pasaban cosas muy random en mi vida y muy divertidas, era algo único. Cada vez que me levantaba sabía que podría pasar cualquier cosa, así que estaba siempre a la expectativa de que sería, pero claro, nada me hubiera podido preparar para algo como aquello y es que, si me hubieran dicho hace años atrás que le pediría matrimonio en una pista de aterrizaje a mi crush, jamás lo hubiera creído, ni por un momento, pero si en vez de eso me dicen, que le pediría matrimonio a mi crush en una pista de aterrizaje y justo en ese momento escucharía mi nombre por los parlantes del lugar, donde prácticamente estaban diciendo que estaba a punto de perder un vuelo tan importante como era ese, sin dudarlo lo hubiera creído…así de simple, porque mi vida era lo más random posible y jamás cambiaria.Noah no tuvo tiempo de decir nada, literalmente en cuanto escuché que mi avión estaba por despegar, me levanté y salí corriendo para poder llegar a tiempo, ni siquiera me volteé a verlo una vez más,
Había visto cientos de películas románticas, había suspirado con muchas de ellas, había llorado, reído y sin duda había deseado ser en algún momento la protagonista en varias de ellas, pero jamás me imaginé que esta parte de mi vida se convertiría en una escena de película.En cuanto salí de mi casa llamé a Mia, necesitaba que averiguara donde exactamente se encontraba Noah en ese momento, no tuve que esperar mucho. Cuando me llamó y comentó que estaba en casa de su madre, una esperanza llegó a mi e inmediatamente agarré un taxi y fui hasta allá, pero nada salía bien en mi vida, diez minutos después de nuevo me estaba llamando para decirme en un grito que estaba en camino al aeropuerto y que su vuelo privado salía en veinte minutos.Estaba a dieciocho minutos del aeropuerto, no había manera en que llegara a tiempo, pero jamás tuve tanta fe como en ese momento, pedí el número de Noah e intenté llamarlo en todo el camino, pero simplemente no agarraba el teléfono y no sabía la razón, est
POV ALISONNo había podido dejar de pensar en mi madre y hermano, no entendía, no lograba entenderlo, era como si mis peores enemigos fueran ellos, no le veía otra respuesta más lógica a lo que hicieron.Utilizaron una herida que ya estaba cicatrizada, un miedo que había sido superado gracias a Noah, vieron lo mal que la pase, estuvieron ahí, en todo el proceso y a pesar de todo, utilizaron esta vieja herida contra mí, era la peor traición. Le había mentido a Jayden por mensaje de texto diciéndole que requería hacer una videollamada muy importante con mamá y él, para ello necesitaba que estuvieran los dos juntos en casa, aunque me preguntó el porqué, solo pude decirle que era una noticia de la que me había enterado hace muy poco. Sé que podría pensar que posiblemente estuviera embarazada, porque jamás en su vida se imaginaría que se trataba de ellos, de lo mal que habían obrado. Cuando el taxista se detuvo frente a casa, recién fui consciente en que había pasado un año desde la últ
POV ALISON—¿Segura que estas bien, Ali? —preguntó como por quinta vez Bryan—. Es que pensé que iríamos a mi apartamento después de la cena y…Yo también pensaba lo mismo, pero el hablar con Noah en la terraza, el verlo, el simplemente tenerlo cerca era frustrante, porque se sentía la vibra, se sentía esa conexión, se sentía tan bien estar a su lado, que me incomodaba y me enojaba conmigo misma.Sí, sané, lo perdoné y ahora consideraba que era muy madura, estaba en el mejor momento de mi vida y lo estaba disfrutando al máximo, sin ningún compromiso, sin temer en defraudar a alguien, pero mis sentimientos hacia él era lo único que no había cambiado y es que era difícil, era un proceso y no te levantas un año después y ya olvidaste al amor de tu vida, no, ese amor era complicado de superar e incluso jamás se olvida. Se sana, se supera, pero no se olvida y yo no lo había olvidado.—Lo siento, pero me siento muy cansada, solo quiero dormir y si duermo hoy en tu apartamento —entrecerré mis
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