Mujer prohibida: 10. Cristóbal y Mía son descubiertos por Matías
En cuanto entró al salón, Mía se quedó helada.
— ¿Tú…? — musitó, incrédula. ¿Qué estaba haciendo ella allí?
— Sé que soy la última persona a la que esperabas ver, pero tú y yo tenemos algo muy importante de qué hablar.
Mía parpadeó, no salía de su asombro.
— No sé qué creas que haya que hablar entre tú y yo, pero…
— Cristóbal y yo vamos a ser padres — interrumpió Lucrecia, y se llevó las manos al vientre —. Él… me ha dicho que no va a casarse conmigo, que no se hará responsable.
— Cristóbal jamás haría una cosa así. Lo conozco. Si tú estás esperando un hijo de él… no va a desampararlo.
— Pero a mí sí. Me lo ha dicho — admitió con lágrimas en los ojos —. Y no pienso renunciar a él, ¿si lo entiendes? Él… es lo único que tengo. Desde que perdí a mis padres y mi herencia se puso en riesgo, fue Cristóbal quien me ayudó a no rendirme, a no… perderlo todo. Durante todo este año ha sido mi apoyo, mi salvavidas, y lo necesito a mi lado para hacer esto.
Mía sintió un agujero en su corazón, pero