El peor castigo: 20. ¡Mi bebé! ¿Dónde está mi bebé
Matías necesitó un momento a solas para pensar. Dios, ¿cómo pudo ser tan ciego? ¡Tenía la verdad frente a sus narices todo ese tiempo! ¡Todo de ella siempre se lo dijo! En su ser no cabía la maldad, el engaño, la traición. Todo en su mente cobraba sentido de a poco. Esa… mañana que fue a verlo, antes de dejar Zúrich, pudo haber sido completamente distinta. Pudo… haber sido todo lo opuesto a lo que ahora lo atormentaba.
Se dejó caer en una silla cercana y sacó del interior de su bolsillo la caja con el anillo que todavía guardaba. La abrió y miró el diamante con demasiada nostalgia.
Para esa fecha, probablemente ya estuviesen casados.
— ¡Qué idiota! ¡Qué idiota! — se repitió a sí mismo, hasta que Cristóbal llegó por él, informándole que el doctor tenía noticias.
Se pasó la mano por el rostro y salió enseguida.
La cesárea había sido un éxito, así que ahora la familia respiraba de alivio.
— La bebé está ahora mismo en los cuneros. Nació saludable y tiene buen peso para la fecha, así que n