12. Los celos de Cristóbal Cienfuegos
En cuanto llegó al hospital, Cristóbal Cienfuegos exigió tener noticias de su esposa.

Perdone, señor, pero… solo se permite dar información a los familiares — le dijo una joven enfermera al acercarse.

Cristóbal rio sin gracia.

— Soy su esposo.

— ¿Su esposo? ¿Es usted el señor Cienfuegos?

Cristóbal suspiró, hastiado de que lo hicieran perder el tiempo.

— Me contactaron y me pidieron que viniera y usted me pregunta si soy el señor Cienfuegos. ¿Quién podría preguntar por el estado de mi esposa si no soy yo?

— Le ofrezco una disculpa, creí que el hombre que estaba en la habitación…

— ¿Qué ha dicho? ¿Un hombre?

— Sí, lo que pasa es que alguien trajo a la señora Cienfuegos y le permití el ingreso a la habitación porque…

— ¿En dónde está? ¿En dónde está Amelia? — la silenció de tajo. No quería más. Lo único que le interesaba en ese momento era descubrir quién era el hombre en la habitación de Amelia, y si se trataba de algún amante oculto, iba a lamentarlo grandemente.

¡No le vería la cara do
miladyscaroline

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