Al terminar, las chicas van a los vestuarios para ducharse y cambiarse. Yo voy por mi botella para seguirlas, pero...
"Catalina, ¿verdad?" La miro y asiento, consciente de que algunos de mis compañeros nos están observando.
"¿Me puedes ayudar a recoger las cosas?", me sonríe.
"Claro", respondo, comenzando a recoger un par de pelotas. Cuando veo que no queda nadie más, me acerco a ella.
"¿Qué m****a haces aquí?"
"Qué grosera, te pondría una anotación negativa por eso."
"No estoy para bromas. ¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste?"
"Casi, no seas así. Solo vine a trabajar. Es uno de mis pasa..."
"No me vengas con esas mentiras. Odias los colegios, odias a los niños..."
"Ok, me pillaste. Quería estar más cerquita tuyo."
"Isabela, no estoy para bromas. De verdad, ¿cómo me encontraste?"
"Sabes que una de mis fantasías es una aventura entre una alumna y su profe. Y estoy muy vieja para ser la alumna, pero yo puedo ser la profesora y tú..." se queda cerquita de mí, demasiado cerca.
"Isabela,