ROSA MARTÍNEZ
Qué horrible era estar en una fiesta donde las únicas personas a las que conoces están demasiado ocupadas para ti. Me estaba volviendo loca. Obviamente Katia no se separaba de Marcos, Arturo había desaparecido y la abuela estaba enfocada en Emilia y Samuel. Para hacer mi tortura más grande, ya no aguantaba el vestido.
Me levanté de mi asiento y me dirigí directo al baño, necesitaba un momento conmigo misma, lejos de toda esa gente pretenciosa. Entré a la casa y seguí las indicaciones de la sirvienta. Apenas me acerqué lo suficiente cuando escuché a esa irritante voz hablar, se trataba del odioso señor Garza, como si mi desgracia no pudiera aumentar.
Se encontraba recargado contra la puerta del baño, abs