UGPEM. CAPÍTULO 115. El último enemigo

Liam sintió que su corazón se encogía de una manera insospechada.

—¿Que te deje ir?... —retrocedió instintivamente, soltándola—. ¿Cómo que te deje ir, Max? Sé que no nos recuerdas pero ¿no quieres al menos intentarlo?... Yo pensé...

—Tres días —dijo ella alcanzándolo de inmediato y aclarando que no pensaba irse para siempre—. Claro que quiero intentarlo, quiero intentarlo todo, pero ya me quitaron demasiado y no puedo permitir ni una sola amenaza más.

Liam arrugó el ceño mientras intentaba calmarse. La sola idea de perderla de nuevo hacía que su mente rayara en la locura.

—Yo... yo eliminé a Alcott, Max. No hay nadie más que nos persiga, no hay quien nos ponga en riesgo y...

—Tú sabes que eso no es cierto. Dijiste que Alcott nos persiguió hasta Noruega, y no fue por iniciativa propia —replicó ella.

A la mente de Liam llegó de repente un fragmento de aquella breve conversación que había tenido con Alcott antes de matarlo.

"¡¿A quién se la vendiste