CAPÍTULO 79. El dueño de Diamond Fast
CAPÍTULO 79. El dueño de Diamond Fast
Le cerró la puerta en la cara y fue a prepararse. El abuelo Gerard no era una persona a la que quisiera lastimar, así que se aseguró de pasar a buscarlo tal y como había prometido. Un Bugatti fue el auto que le entregaron en la agencia apenas lo pidió y con él estacionó frente a la verja de la mansión Hamilton sin llegar a entrar.
El abuelo salió y le dio el abrazo más cálido del mundo. Luego le dio una vuelta y sonrió animado.
—¡Estás preciosa, hija! ¡Diez veces más linda que cuando te conocí! —le sonrió—. ¿Me vas a llevar a pasear en esa bestia?
—Sí, pero despacito, porque ya me advirtieron que no te puedo acelerar el corazón.
Alejandra lo ayudó a subirse al auto y estuvieron dando vueltas por la ciudad mientras hablaban de los temas más triviales. Por supuesto, todo lo que había pasado hacía casi dos años entre Scott y ella no tardó en salir, e increíblemente el abuelo estaba de su parte.
—¡Se lo dije! ¡Le dije que tenía que haberte escuchado!