CAPÍTULO 13. Todo el trabajo de toda una vida
CAPÍTULO 13. Todo el trabajo de toda una vida
Embargado por la frustración, Scott agachó la cabeza y respiró hondo mientras intentaba defenderse. Era verdad que había perdido esas citas, pero era porque le habían surgido emergencias en la compañía o porque se le había presentado alguna reunión más importante.
—¡Soy uno de los mayores inversionistas tecnológicos de este país, no van a echarme solo por unas citas vencidas y unos papeles atrasados! —aseguró con calma.
—Pues te equivocas, porque ya nos dieron el aviso de sesenta días —dijo el abogado mostrándole el documento fechado y firmado por todas las instituciones migratorias. Scott tomó el papel y lo leyó como si fuera algo irreal—. Aquí lo dejaron bien claro: tienes sesenta días para poner tus negocios en orden, cuando ese plazo se cumpla, te deportarán a Inglaterra.
Scott se puso lívido, en aquel justo momento era una locura abandonar su vida en Estados Unidos para regresar a Inglaterra. Estaba en medio de varios contratos import