PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 8: El volcán de la mala suerte
Quería saltar sobre los muebles, sobre la cama, sobre la alfombra o esa cosa esponjosa que había a los pies de su cama… ¿Cómo era que se llamaba?
¡No tenía idea! ¡No le importaba!
¡Solo quería saltar! ¡Y gritar! ¡Y reír!
—¡Gigi!
Aquel grito