PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 7. Un Christian Grey desobedecido
Había una razón para que Nikko se detuviera en seco y era que, por algo que ni siquiera entendía, estaba más que seguro de que Gigi jamás le diría si había algún problema.
Así que carraspeó despacio, se abotonó el saco y se acercó a ella,