PELEAR POR TI. CAPÍTULO 32. Su peso en oro
Adriana no tenía derecho a reaccionar ni bien ni mal, lo sabía bien, pero no tener derecho y ser capaz de aguantarse no era lo mismo.
—Aquí está la lencería que modelarás, Kyle —dijo una de las estilistas, entregándole una bolsa para ropa, y Adriana le to