—Perdón, yo no quería dejarla entrar pero ella... Ella me dijo que era su invitada especial, y... bueno... como ya ha venido otras veces a la casa—balbuceó confundida.
Milo puso los ojos en blanco y la interrumpió con un tono autoritario.
—¿Cuándo? ¿Cuándo fue la última vez que vino a esta casa?