—¿Así lo quieres, nena? ¿Esto es lo que te gusta? —le preguntó con una sonrisa casi tierna.
Noémi asintió, entre protestas, intentaba retorcerse bajo el cuerpo de Levi, pero solo bastaba una suave presión con sus caderas para mantenerla inmóvil. El dolor se mezclaba con el placer y ella gemía desco