Andrea trastabilló tras él, entró en aquella oficina sin miedo por primera vez en meses y Ben, el socio de Zack, le sonrió con amabilidad, guardándose su impresión de que era la mujer más desarreglada que había conocido.
—¿Estás bien? —le preguntó Zack y ella dijo que sí con voz temblorosa.
—Parec