13. Un recuerdo borroso
Había prometido con todas sus fuerzas, incluso soñado, que ese recuerdo jamás reluciría en su mente. ¿Acaso sería capaz de olvidarlo? Cierta presión en el pecho de María Teresa salta una vez la sensación de cálidez que tan sólo los labios de Luis Ángel pudieron ser capaces de hacerle sentir.
Se aparta lo tanto que puede de la poca distancia que ambos consiguen.
—Está equivocado —es capaz de mencionar una vez mira hacia el frente. Deja caer la respiración—. No sé de qué habla.
—¿Es capaz de olvidar ese beso, señorita? No se dirija hacía mí como si no supiera.
María Teresa tiene que inflar el pecho ante la gravedad de tal palabra, y la gravedad de tener la memoria. ¡¿Por qué tiene que hacerle esto?!
—Lo haré, señor Torralba. Ese beso…nunca existió —responde una vez más.
Luis Ángel conserva la mirada penetrante en ella, como si pudiese refugiar algo más, otra palabra. Esas facciones, ligeramente conocidas, en un recuerdo borroso del pasado. Difuso esa manera de hablar, esos ojos…y h