-Empecemos- dijo Neilan.
Daylhan, atento, le miró.
-Debes mantenerte en tu postura- inició su explicación el rubio -Nada de caer en sus tretas y te advierto que serán muchas-
-¿Tre-tretas?-
Arrimando su rostro al suyo, Neilan respondió:
-Nosotros nos guiamos por el olor-
-Algo…algo me ha dicho ésta mañana de que yo no olía a…negación-
-¿Deseabas que te hiciera…suyo?- inquirió Neilan con suspicacia.
-S-sí- fue sincero Daylhan.
-Controla ese deseo, mantente firme, demuéstrale que no es merecedor de tu cuerpo si no es porque tú lo permites-
-¿Y…y si intenta…forzarme?-
-Eso no se observa entre los nuestros- añadió Neilan
-¿Seguro?-
-Si hay algo que nos distingue de…vosotros los…humanos, es eso- haciendo una pausa, prosiguió diciendo -Para nosotros un no SIEMPRE es un no-
A Daylhan le vino al recuerdo cuando tanto la noche anterior como esa misma mañana, le había dicho no. Aunque por la mañana tuvo que da