Capítulo 73. Un grano de arroz.
La tensión dentro del consultorio era tan densa, que Fernando sentía que podía cortar su preocupación con un cuchillo. Sus palpitaciones parecían ir en cámara lenta, mientras que su respiración alcanzaba cada vez más rápido.
Para el doctor Thomas era mucho más difícil la situación. Tenía solo unos segundos para decidir si valía la pena morir por su profesión, o prefería salvarle la vida a dos personas inocentes.
El sudor en su frente caía como cascada, y sus latidos aumentaron de ritmo drásticamente cuando vió a Félix acariciando el mango de su pistola.
Fernando solo podía limitarse a ver desde el borde de una puerta entreabierta que le daba una vista perfecta, mientras él suplicaba en su mente al doctor Thomas.
—¡Vamos, doctor! ¡Salve las vidas de Ximena y Steven!
Félix sacó su pistola por completo y aunque no le apuntó directamente al doctor Thomas, la verdad es que lo hizo sentirse muy intimidado. Sin embargo, esa no fue la razón de la decisión que tomó el doctor Thomas.
—¡No