Capítulo 152. Amor de Hermanos.
Abigail se encontraba sola en su habitación. Tirada sobre la cama y mirando el techo como lo había estado los últimos dos años.
—Ésto es patético—, dijo Abigail mientras se esforzaba para ponerse de pie—, Debo salir de aquí y comenzar a ser yo nuevamente.
Usó la base de la cama para levantarse y luego de unos segundos de respiración profunda pudo quedarse parada sin ayuda de nada. El siguiente reto fue dar un par de pasos sin caer al suelo y también lo logró.
—Aquí vamos...—, dijo antes de salir de su habitación.
La casa del alcalde era muchísimo más grande de lo que ella pensaba.
Pasillos con cuadros hermosos en la paredes, alfombra roja en el piso, y jarrones que se veían muy antiguos.
—Nada mal...—, Abigail fruncía el ceño con gusto.
Todo iba bien hasta que llegó a una habitación con la puerta abierta en la que había un niño en su interior jugando con tacos de madera sobre la alfombra del piso.
Abigail se quedó allí en el umbral de la puerta mirando a ese niño con admiración