Katerin.
Cuándo el entrenamiento acaba y todos se van del gimnasio nos quedamos solo Edmon y yo, este se me acerca con una sonrisa provocándome una cierta incomodidad pero a la vez me emociona, que me está pasando con este hombre.
-Katerin ¿quien te enseño a pelear?
-Mi padre.
Edmon se me acerca demaciado invadiendo mi espacio personal y quedando a solo centímetros asiendo que mi pulso se aselere.
-Pues déjame decirte que te crió de una forma excelente ¿Me puedes enseñar?
-Claro no hay problemas.
Miro que Edmon se quita la camiseta quedando solo con lo chores deportivos, no puedo evitar que mi vista se fije en su amplio pecho y sus pectorales bien marcados tengo que cerrar los ojos para dejar de verlo.
-Te estoy esperando querida.
-Ya voy y no me llames así.
Abro los ojos y me acerco a Edmon que ya está parado en las colchonetas de seguridad, nos ponemos en posición y antes de que me dé cuenta Edmon con rapidez me aplica un llave y me arroja al suelo sacándome al aire en el proceso, m