Capítulo 63: En el solitario páramo.
En aquella planicie, las pasiones desbordaban. El rubio magnate se coló entre las hermosas y cremosas piernas de su esposa, y volvió a su boca; buscó desnudarla, pero le era imposible con ese maldito vestido al que rápidamente odio, mordió su labio al terminar insatisfecho ese beso.
—Ven…— Massimo le pidió a ella, y la tomó de la mano para incorporarla mientras él se sentaba.
—Massimo… ¿de verdad…? — Aurora logró hablar y su voz sonó entrecortada.
Su cabello tan rojo como el fuego, se había revuelto y sus blancas mejillas se encontraban encendidas. El apuesto magnate tan solo la tomó de la cintura, y la obligó a montarse sobre él. Su estado físico también estaba alterado, su atormentada virilidad, se presionó contra la expuesta intimidad de Aurora al sentirla sobre él y con ello, la respiración del rubio se hizo profunda y pausada, y buscó moverse suavemente bajo ella, anhelando ya el placer que ese curvilíneo cuerpo podía proporcionarle.
—Aurora…— él gimió roncamente cuando ella se m