— Nosotras. — Nammi giro a ver a Mimi, pero no rebatió nada, quizás y la anciana necesitaba de alguien que tradujera cada termino que el doctor estaba diciendo.
Y no se equivocaba, la joven nunca comprendió la facilidad que los especialistas tenían para confundir a las personas con nombres raros con los que solo ellos sabían que se les llamaba a las lesiones o enfermedades, podía ver que tanto Mimi, como el joven León no comprendían nada de lo que el doctor decía y solo asentían con la cabeza, aunque se relajaron de forma considerada cuando el doctor les dijo que estaba fuera de peligro.
— Lo ves Mimi, no hay nada de qué preocuparse, permanecerá aquí hasta mañana y luego puede regresar a su hogar, eso sí, necesitara un acompañante que lo cuide, se fracturo un brazo y tiene varios golpes, por lo que necesitara ayuda para bañarse, vestirse y demás, pero su cabeza no sufrió daño alguno, al igual que sus órganos vitales, en pocas palabras, está muy bien para lo que sucedió, tendrás padre