Las ostras con berenjena estaban deliciosas, pero la porción era demasiado pequeña para que Helena se diera por satisfecha, incluso después de haber comido los panecillos y el caldo.
—No sabía que tuvieras cuatro hermanos —dijo Dafne—. Y dos de ellos son gemelos.
—Sí. Mis hermanos varones son los gemelos, y las otras dos son mis hermanas, las dos mayores.
—¿Son igual de hermosas que tú?
—Lo son, sí —contestó Helena tras comerse el último bocado de berenjena—. Y las dos están casadas. La mayor con un ciclista profesional y la otra con un ingeniero químico.
—Eres modesta, He