Bianca se aclaró la garganta de nuevo, entrecerró los ojos y preguntó con orgullo:—¿Puedo elegir unos cuantos?
—Como quieras —dijo Alessia, curvando los labios.
La personalidad de Bianca no había cambiado en lo más mínimo. Seguía siendo un “tigre de papel” que le gustaba aparentar, no realmente te