—¿Qué te pasa? —preguntó Bianca, justo cuando sacaba su teléfono para enviar un mensaje y se detuvo en seco.
—¡Me duele el estómago, necesito hacer popó!
—¡Travieso! ¿Qué te pasa? —la expresión de Bianca cambió; se frotó las sienes con frustración y, resignada, dijo—: Vamos, te acompañaré.
Bianca